miércoles, 7 de noviembre de 2007

EXPULSA UNA CANICA TRAS CUARENTA AÑOS

Santiago de Chile – Wellington J. Salameda de cincuenta y dos años expulsó el pasado veintitrés de octubre una canica que se había tragado cuando tenía once. De hecho Wellington había olvidado completamente el suceso, puesto que cuando era crío habitualmente se tragaba objetos extraños para hacerse el chulo delante de sus compañeros de clase y vacilar a las niñas. En aquella época Wellington no le daba ninguna importancia a su extraña filia y no controlaba posteriormente sus deposiciones para ver si la canica, el tapón del boli o la goma de borrar eran expulsados en su totalidad.

Así, el veintitrés de octubre pasado, el señor Salameda fue a defecar, como cada mañana y al hacerlo escuchó un impacto en el sanitario. Al observar qué había provocado el ruido vio una canica. Con estupor Wellington se dio cuenta que se trataba de "Manolica", la que fuera su canica preferida.

Al sobreponerse al impacto emocional inicial y aconsejado por su mujer, nuestro protagonista fue a su médico de cabecera para realizarse un análisis completo puesto que temían pudiera albergar más objetos en su interior. Tras un exhaustivo análisis se descartó que alojara ningún otro objecto extraño. El galeno no se explica en qué parte del tracto digestivo pudo alojarse la canica durante cuarenta años sin provocar al paciente problemas de salud.

Wellington está actualmente intentando vender los derechos de su historia para realizar un sainete (también conocida anteriormente como entremés), obra teatral generalmente cómica que se representaba en los intermedios en los siglos XVII i XVIII y que en los últimos años, especialmente en Chile pero también en todo Sudamérica, se ha recuperado con mucho éxito.

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